TEMA 3

¡Muy buenas a tod@s y felices fiestas! (aunque un poco atrasadas) En esta nueva entrada os voy a hablar sobre cometer errores en las lenguas extranjeras y su estigmatización. Comentaré mis experiencias como alumna, pero también mi visión como profesora, ejemplificando con situaciones que me han sucedido. También os hablaré sobre algunas consecuencias de los errores y nuevas formas de contemplar el error. Como siempre, finalizaré con una conclusión, resumiendo las ideas principales.

Los fallos y los errores forman parte de nuestra vida y se suele decir que "de los errores se aprende", lo cual liga la experiencia y los errores con el aprendizaje. Sin embargo, si pensamos en los errores dentro del ámbito académico, lo primero que nos viene a la mente son las notas (que dependerán de nuestro número de errores) y el temido color rojo. ¿No resulta extraño que el alumnado le tenga tanto pavor a los fallos cuando forman parte de su proceso de aprendizaje? Claro que no es tan raro si se tiene en cuenta que algunos profesores se dejan la mitad de la tinta del bolígrafo en marcar los errores para intentar que el alumno vea bien en qué ha fallado; qué ha hecho mal. En el caso de las asignaturas de lenguas extranjeras, era normal asustarse de los errores, ya que la mayor parte de los exámenes consistían en rellenar huecos con la palabra o tiempo verbal correctos. Esto implica que no se dé un margen para errar. Creo que esto se entiende mejor con un ejemplo: Cuando tenías un ejercicio de rellenar huecos, la palabra estaba bien o estaba mal, y por tanto perdías la puntuación de esa frase en caso de ser incorrecta. En cambio, en un ejercicio de redactar, los errores que cometías se veían como parte de un todo, dependía el número de fallos, sí, pero también si esos fallos eran porque tu nivel no era lo suficientemente alto como para saber hacerlo bien, si el fallo que repetías era siempre el mismo, etc. Esto hacía que la nota de tu escrito fuera más acorde con la realidad que la de los ejercicios de rellenar huecos. 

Como profesora que sabe esto, también pongo ejercicios de rellenar huecos, por varias razones: una es que soy profesora particular, por lo que mi alumnado se va a enfrentar a este tipo de ejercicios y es mejor acostumbrarles; otra, porque es sencillo ver en qué fallan dentro de la teoría; y última, porque si su nivel no es suficiente, no se les puede poner a redactar, aunque siempre intento ir introduciendo pequeños textos para que resuman y se vayan acostumbrando. Otra cosa que intento hacer es resaltar sus aciertos. Este método ya se lleva usando varios años y no es novedoso, pero sigue sin ser una práctica habitual. A menudo, nos solemos centrar tanto en los fallos que el alumnado hace lo mismo, sin embargo, también es necesario que sean conscientes de qué hacen bien. Además, es importante administrarles un feedback. De poco sirve corregir si al final no les queda claro por qué está mal lo que han puesto. En mis clases suelo dar feedback también de aquello que han hecho bien, así siempre te aseguras de que les queda claro aunque entiendo que en una clase numerosa esto sea más difícil. Incluso, como parte de un ejercicio, puede ser el propio alumnado quien explique por qué está bien (el famoso y odiado “razona tu respuesta”). Puede que parezca redundante, pero así nos cercioramos de que los aciertos que se hayan hecho por casualidad, queden claros.

A pesar de todo, es cierto que los errores son importantes ya que si estos se repiten con mucha frecuencia, pueden llegar a fosilizarse, es decir, se pueden convertir en errores habituales e incluso permanentes dentro del habla de nuestra lengua extranjera. Es por eso que es preciso tomar nota de ellos ya que, si un alumno de inglés, por ejemplo, con un nivel C1, sigue olvidándose de usar la –s de tercera persona del singular en el presente simple, eso será un error difícil de corregir ya que estará muy habituado a cometerlo.

En resumen, hemos visto quecometer errores es algo normal dentro del proceso de aprendizaje y es por eso que, como profesores y profesoras, debemos evitar estigmatizarlos en exceso, ya que provocará una reacción negativa en el alumnado aunque esto no significa que tengamos que ignorarlos ya que se pueden convertir en errores habituales difíciles de corregir a la larga. También he señalado la importancia del feedback a la hora de corregir para ayudar a que el proceso de aprendizaje sea más efectivo.Sabiendo esto, podremos conseguir que nuestro estudiantado aprenda de sus errores y los vean como una parte de su evolución como aprendices y sean capaces de aprender sin temor a cometer ningún error.

Comentarios

  1. Hola Paula,
    tu entrada me ha resultado muy interesante porque has hablado de algo que es muy frecuente en nuestro modo de aprender lenguas extranjeras pero también podríamos extrapolarlo al resto de materias o saberes. Solo nos fijamos en los errores que cometemos sin dar importancia a todo lo que hemos hecho bien . No conozco en profundidad todos los sistemas educativos pero considero que el español es muy competitivo y a la larga esto no me parece positivo Me ha gustado mucho tu mención al feedback como método de aprendizaje y tu reflexión acerca de la importancia que hay que darle a los errores. Enhorabuena.

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